“Cuando no se encuentra descanso en uno mismo, es inútil buscarlo en otra parte”
–François de la Rochefoucauld–
Todos sabemos que desconectar es importante. Lo leemos en todas partes, nos lo dicen los expertos y todo el merchandising de Mr.Wonderful.. Necesitamos desconectar porque, además de empeorar el humor y vivir menos, es peligroso. No desconectar aumenta los niveles de cortisol, la denominada hormona del estrés, que inflama los tejidos del cuerpo generando malestar, enfermedades y trastornos de sueño.
Ojo, que hay estudios que sitúan España como el cuarto país en el que más ha empeorado la salud mental en 2021. Así que, ahora que hemos vuelto de vacaciones y las próximas se nos antojan lejanas, aprendamos a desconectar en nuestro día a día. Porque desconectar no es sólo irse de vacaciones.
De hecho, hay muchas personas que han vuelto de vacaciones sin haber estado de vacaciones. Para desconectar de verdad, hay que CONECTAR. Conectar con lo que es, con lo que haces y con quien lo haces. Haz la prueba. Vete a un spa, a la playa o a Bali de retiro espiritual y no dejes de darle vueltas a lo que te preocupa, te enfada o te entristece. Probablemente no volverás más descansado, ni con más energía ni más alegre. Porque, en realidad, no te has ido.
Desconecta de tu mente, guarda el móvil y conecta. No es meditar, el yoga, el deporte o hacer una escapada. Es estar haciendo todo eso, mientras lo estás haciendo. Y eso, como todo, se aprende. Empieza poco a poco y practicando con lo que más te guste para que sea más sencillo.
Si estás en un momento personal de toma de decisiones importantes o la vida te ha dado un vuelco, silenciar la mente meditando durante 15 minutos es una locura. Pero necesitas estar, por lo menos, ese tiempo completamente desconectado de lo que te estruja el cerebro.
Quizá puedes empezar con un pequeño cambio en la rutina estructurada semanal (Con esto a la mente planificadora le damos un buen revés) comer con algún compañero de trabajo (de los que no hablan de trabajo) en lugar de comer solo. Tomar el café fuera y no delante de la pantalla del ordenador. Una clase de kick boxing a la hora de comer y antes de una reunión importante. O ir a un concierto entre semana con el amigo con el que tanto te ríes.
Lo que sea que te sirva, pero desconecta para conectar de verdad. Como este anuncio: